diumenge, 6 d’agost del 2017

Bodegas Lagar de Isilla (La Vid, Burgos, Castilla y León) (#escapadariberaduero)

El mismo día de llegada con que iniciábamos la #escapadariberaduero, tras haber comido en el restaurante El rincón de la Vid (en el mismo hotel donde nos alojábamos, aquí el post) y tras visitar la Bodega Ermita del Conde (aquí, el post), acudimos a la cita con las bodegas Lagar de Isilla, en el mismo complejo del hotel restaurante.



La historia más remota de estas bodegas se remontan al siglo XV bajo el actual restaurante Lagar de Isilla, en Aranda de Duero, que también visitamos expresamente. Allí, debimos bajar hasta los 12 metros de profundidad, y pudimos deambular por los estrechos pasillos que comunicaban los diferentes espacios de esta bodega subterránea tan interesante de conocer. 







Por aquel entonces, era la familia Zapatero Pinto la dueña de las bodegas, que producían unas 50.000 botellas anuales. Como tuvieron buena aceptación y el negocio fue prosperando, a finales del siglo pasado deciden ampliar el negocio y reubicarse, precisamente en una finca colonial de 1890, en La Vid. 

Aquí, en 2002 llega la primera vendimia. El Hotel, llegaría 10 años más tarde, en 2012. La finca posee 40ha de viñedo distribuído entre La Vid y San Juan del Monte, a unos 800 metros de altura, en suelos pobres de arcillas, gravas y arenas. La mayor parte del viñedo está plantado con la variedad bandera de la zona, la Tempranillo (o Tinta del país), junto con otras de menor importancia como Cabernet Sauvignon o Merlot, además de unas parcelas experimentales con muchas otras variedades como Garnacha, Malbec, Albillo... el cual, este último, se utilitza para vinificar en rosado, que no en blanco! (a mi me llamó la atención este hecho).

Destacable, climáticamente, la amplitud térmica entre el día y la noche, sobre todo en esta parte este de la Denominación de Origen. El enólog, Antonio Izquierdo, además de con el viñedo joven, trabaja con cepas de unos 80 a 100 años de antigüedad, que se vendimian entre el 10 y el 15 de Octubre, aproximadamente. La producción es de 300.000 botellas anuales. La viticultura, por su parte, se realiza bajo criterios ecológicos.

Pasamos por la sala de elaboración y por la de barricas, donde nos explican los aspectos más técnicos y, por otra parte, más comunes a la mayoría de bodegas: fermentación en inox, y crianzas más o menos largas en función del vino que se quiera obtener. El parque de barricas es tanto de roble americano como francés, y la antigüedad máxima de cada una es de unos 4 años aproximadamente.




Finalmente, tiempo para la cata, que fue sin lugar a duda lo más satisfactorio, acompañado de buen embutido y mejor queso de la zona:



- Joven 2016. Monovarietal Tempranillo. Color cereza picota. Aromas muy frutales, de fruta fresca. Mora y grosella, como descriptores clásicos varietales.


- Roble 2015. 95% Tempranillo; 5% Cabernet Sauvignon. 5 meses en barricas de 225 litros. Se sigue percibiendo la predominancia de la madera pero ya se percibe algún torrefacto e incluso alguna especie como el coco, la vanilla o la canela, seguramente del roble americano.



- Crianza 2012. 94% Tempranillo, 3% Cabernet Sauvignon y 3% Merlot. 14 meses de barricas. La fruta ya es más madura, incluso algo acompotada. Más potencia que los anteriores.



- Reserva 2012. 100% Tempranillo. 18 meses en barricas bordalesas nuevas de roble francés, y almenos 2 años en botella. Color muy subido. Frutos rojos y negros, fruta muy madura. Sale el café, el tofee, el chocolate en nariz. En boca no resulta nada agresivo, más bien elegante. Se antoja perfecto para acompañar carnes rojas y lechazo.



En fin, última visita del primer día, que había sido muy intenso pero muy enriquecedor a la vez para conocer las particularidades de los vinos de la Ribera del Duero, tanto des del punto de vista de una bodega pequeña, más al norte y de altura como Ermita del Conde, y esta otra sin duda de otras dimensiones, con sus particularidades. En cualquier caso, ambas, con vinos excelentes.

Salud!

(Fecha de la visita: Viernes, 10 de Febrero de 2017)




2 comentaris:

  1. Quins viatgets pedagògics més xulos que fas! M'encanta llegir-los! Jo no entenc gens de vi....
    Petonets, Albert!
    Olga

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    1. Gràcies Olga, ja et dic qué més que entendre de vins, el que cal és gaudir-ne, cadascú amb els que més li agradin. Jo tinc tendència molt clara al vi català per una qüestió de principis i proximitat però alhora m'encanta conèixer què se'n fa fora.
      Una abraçada, salut!

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